martes, 12 de abril de 2011

puntos de apoyo

Cuando un individuo está de pie, debe buscar dirigir su atención hacia determinados puntos de apoyo. Estos puntos de apoyo serían los siguientes:

  1. planta del pie: clásicamente se ha hablado de tres puntos de apoyo, que son el talón (predominando el apoyo en el borde externo), la cabeza del primer metatarsiano y la cabeza del quinto metatarsiano. Esta información sirve como referencia, como punto de control para revisar constantemente si el apoyo es o no es el correcto. Podemos estar seguros de que estos son los puntos de apoyo correctos, porque la deducción de que son estos y no otros los puntos de apoyo adecuados se ha hecho en función de la biomecánica del pie. Es decir, al analizar cómo está hecho el pie, hemos concluido que está hecho para que se apoye en estas tres coordenadas.
  2. Articulación tibioperoneoastragalina: la parte superior del astrágalo se encaja entre el espacio que forman los segmentos distales de tibia y peroné. Esta parte superior del astrágalo puede deslizarse hacia delante y hacia detrás, levemente, y este deslizamiento tiene vital importancia, porque influye, tanto en el apoyo correcto de la planta del pie y en la forma del arco plantar, como en el giro de la cadera del mismo lado. Si tibia y peroné se deslizan hacia delante (lo que equivale a decir que el astrágalo se desliza hacia detrás), ocurrirán dos cosas. La primera, que se desplazará una mayor cantidad de peso hacia la parte delantera del pie, con lo que el arco plantar tenderá a hundirse. La segunda, que la cadera del mismo lado tenderá a girar en rotación interna para adaptarse al hundimiento de la bóveda plantar. Si usted quiere comprobar que esta información es cierta, póngase en cuclillas, con las rodillas juntas, y trate de tocar con los talones el suelo. Comprobará que estará mucho más cerca de lograr este objetivo si trata de deslizar tibia y peroné hacia detrás (es decir, el astrágalo hacia delante)
  3. Suelo pélvico: el suelo pélvico, o periné, es el primero de los cuatro diafragmas que hay en el tronco. Funciona como una superficie de apoyo para el contenido del tronco, de tal manera que cuando aumenta la presión interna secundariamente a la inspiración, si el suelo pélvico no está contraído, la presión empuja a éste hacia abajo, con lo que no se realiza el “llenado” del tronco que es necesario para sostener una buena postura. La activación del periné es, por lo tanto, fundamental para la buena postura. Nosotros entendemos que su activación da lugar, no al ascenso potente del suelo pélvico y a la contracción de los esfínteres que éste alberga, sino al acercamiento del pubis y del cóccix. Esto sería así, porque de todas las fibras que existen en el periné, para activarlo en lo que al control de la postura y proyección de la presión interna se refiere, sólo deberíamos utilizar las fibras de sentido antero-posterior, que son las que realizan esta movilización de las estructuras óseas, que no es otra que la contranutación de la que hemos hablado otras veces.
  4. Rodillas: El estudio biomecánico de la rodilla nos indica que en la posición de pie, ésta debe estar en posición neutra. Tanto la flexión, aunque sea leve, como la extensión máxima, son perjudiciales a largo plazo, la primera porque supone un aumento importante de la fricción de la rótula y la segunda porque lesiona a largo plazo los meniscos y las estructuras posteriores de la rodilla.
  5. Cabeza del fémur: la cabeza del fémur soporta por lo general demasiada presión, o mejor dicho, una presión excesiva. Lo normal es que las personas desplacen la presión interna del abdomen hacia delante, con lo que el peso se descarga en las cabezas de los fémures. Pero si la presión interna se desplaza hacia arriba, como nosotros recomendamos, la presión que soportan las cabezas de los fémures es menor, pues este peso se reparte entre las cabezas de los fémures y las articulaciones sacroiliacas.
  6. Articulaciones sacroiliacas: Las articulaciones sacroiliacas también sufren deslizamientos, como ocurría con las articulaciones tibioperoneoastragalinas, que resultan determinantes para la postura de un individuo. Por lo general, estas articulaciones no soportan peso, o soportan menos del que deberían, pues este peso se dirige hacia las cabezas de los fémures. Esto es paradójico, ya que cualquiera puede entender que las cabezas de los fémures no están diseñadas para soportar peso, pues son esféricas, o cuasiesféricas, y si pierden esta forma no podrán desempeñar adecuadamente su verdadera función que es la de permitir los movimientos de cadera. Las articulaciones sacroiliacas, en cambio, están preparadas para soportar peso, para encajarse y transmitir las líneas de fuerza de los segmentos óseos. Cuando la presión interna del tronco se dirige hacia arriba y hacia detrás, en lugar de hacia la pared anterior del abdomen, el peso se dirige hacia las articulaciones sacroiliacas, que es lo biomecánicamente conveniente. Así pues, tome conciencia de sus articulaciones sacroiliacas. Atienda fijamente a las sensaciones de esta parte de su cuerpo. Le proporcionarán una información excepcional sobre su postura. Le guiarán hacia la postura equilibrada. Aprenda a cargar peso sobre ellas y descargue las cabezas de los fémures.
  7. El diafragma: el diafragma es el segundo de los cuatro que hay en el tronco. Sirve para realizar la inspiración, como se sabe, pero sus fibras anteroposteriores, si se contraen acercan la apófisis xifoides del esternón a la columna vertebral, aumentando el diámetro lateral del tórax. Es en este momento cuando el diafragma, que ya ha bajado y ha promovido la consecuente entrada de aire a los pulmones, al contraerse en esta segunda forma, funciona como suelo para que la inspiración continúe a través de la musculatura del tórax. Si el diafragma realiza toda la inspiración, lo que ocurre es que la presión interna a nivel del abdomen se dirige hacia la pared anterior del mismo, con lo que toda la postura se pervierte como antes vimos. El diafragma debe realizar una parte de la inspiración, y luego servir de punto fijo para que los músculos del tórax realicen la siguiente parte de la inspiración. De este modo, cuando usted inspira, haga primero un llenado “básico”, en el que la presión interna “inflará” el espacio abdominal y cuyo suelo será el periné, para inmediatamente tomar asiento en el diafragma de tal modo que la presión interna llene ahora el tórax. De este modo, la presión interna siempre asciende, y la postura tiende al equilibrio.
  8. Esternón: el esternón vendría a ser un elemento óseo homólogo al sacro, pero ubicado en la parrilla costal. En este caso, las palas iliacas estarían representadas por las costillas. De este modo, entonces, el esternón representa el sacro y las costillas las palas iliacas izquierda y derecha. Sin embargo, las articulaciones sacroiliacas son distintas a las articulaciones esternocostales. Pero, aunque son diferentes, ambas formas de articularse las estructuras óseas permiten el giro de las piezas laterales respecto de la pieza central. He aquí la clave, en el giro, en el encajarse de estas estructuras. El esternón, o, mejor dicho, los cartílagos esternocostales, deben apreciarse como estructuras que soportan el peso, del mismo modo que ocurre con las articulaciones sacroiliacas.
  9. Diafragma cervical: aunque no existe un músculo ni un grupo muscular que se pueda considerar un diafragma, existen estudios anatómicos que sitúan en el cuello una estructura fibrosa que se considera un diafragma. El papel de esta estructura es semejante al de los otros dos diafragmas. Sirve como suelo para que la presión interna continúe el ascenso hacia el cráneo. ¿Cómo se activa? ¿Cuál es el mecanismo de su funcionamiento? No lo sabemos. Sólo podemos sentir que funciona así, nada más.
  10. Diafragma craneal: también fascicular, se encuentra a la altura de los ojos y tiene la misma misión que los otros diafragmas. Usted podrá sentir como sirve de suelo al ascenso de la presión interna hacia el cénit del cráneo.
  11. Articulaciones occipitoparietales: Aquí tenemos otro ejemplo de articulación tipo sacroiliaca, esta vez, otra vez en situación posterior. Ocurre aquí lo mismo que en los otros casos, es decir, se produce un movimiento de “contranutación”, que abre las estructuras craneales por arriba y las cierra por abajo. ¿Se abre realmente el cráneo por arriba? No, por supuesto, pero sí debe haber una apertura, un ligerísimo distanciamiento inpareciable entre las piezas óseas. No hay que olvidar que esta estructura estuvo abierta mucho tiempo, pues era la fontanela, que se cerró en torno a los dos años de vida. Como en los otros casos, lo invitamos a dirigir su atención hacia el encaje de estas estructuras. Si este encaje no existe, es seguro que la postura no es equilibrada, pues no tiene asiento físico, no hay lugar de paso para las líneas de fuerza de unas piezas óseas a otras, y en lugar de eso, el peso debe ser soportado por estructuras que no están preparadas para eso, como pudieran ser en este caso las vértebras cervicales.

Ahora bien, ¿cuáles de estas articulaciones son las principales, los motores que determinan que las otras tomen una alineación correcta, o mejor diríamos, equilibrada? Son las articulaciones del tronco, ¿cuáles si no? Lo que ocurre en el tronco determina lo que pasa en los miembros inferiores. Así pues, es fundamental tomar conciencia de estos apoyos, apoyarse en estas articulaciones. Si estos apoyos son equilibrados, la postura será correcta, pero, ojo, que el apoyo sea equilibrado supone que exista la contranutación de la que venimos hablando, y además, que el peso en ambas articulaciones se reparta por igual. Y esto es válido tanto para las articulaciones sacroiliacas como para las esternocostales como para las occipitoparietales. Cuando estas articulaciones están equilibradas, las de los miembros inferiores estarán equilibradas, no debe preocuparse por ellas, o más bien, no debe tratar de intervenir en ellas.

2 comentarios:

  1. nelvis dice:
    muy interesante!! como te comenté en otro post hoy estuve trabajando "las esferas" en mis clases en la posición de bipedestación. y me pasaba una cosa curiosa además de muy graciosa. a medida que mi trabajo personal ascendía me iba cambiando la voz, debo dar las indicaciones, y cuando llegaba a los dos niveles más altos de trabajo terminaba hablando en plan vito corleone y solo me faltaba decir: tengo una oferta que no podrás rechazar...jajaja
    Será que, según mi experiencia de hoy, deberíamos añadir a la dificultad para tragar y a la vizquera cambios en la voz ? te parece si lo pruebas y hablas mientras prácticas a ver si te ocurre lo mismo? igual soy yo y llevo un mafioso ronco dentro. un beso. nelvis

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  2. La única diferencia que yo he experimentado en lo referente a la fonación es el aumento de la resonancia. La voz no debería enronquecerse ni agudizarse ni tampoco agravarse, pero sí experimentará usted un aumento de la resonancia. También pudiera ser que la correcta posición del tronco en equilibrio facilitara de alguna forma la entonación. Le recomiendo que cante al mismo tiempo que realiza los ejercicios de visualización, al modo como se hace en el yoga con el canto de los mantras, para que usted misma experimente y tome conciencia. Si la voz se le vuelve ronca, tal vez podría ser a causa del excesivo esfuerzo, que, a su vez, estaría ocasionado por una falta de elasticidad de las fascias cervicales. No se apresure. La elongación de las fascias toma tiempo. Tome conciencia. Valore todas las sensaciones como señales del camino correcto. ¿demasiado dolor? ¿demasiada incomodidad? Afloje la contracción y tome conciencia de que aún no ha llegado el momento. El movimiento interno es, sobre todo, un método de toma de conciencia.

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