bases teoricas

Cuando quise redactar mis reflexiones acerca de la postura humana me encontré con grandes dificultades para dotarlas de un orden coherente. Hice varias versiones intentado lograr esta coherencia, pero fue inútil. Al final, la única manera en que me fue posible encontrar cierto orden, fue hacerme preguntas y responderlas yo mismo, y esta es la forma final del documento que aquí se expone. El resultado es tal vez algo caótico, pues no existe un hilo conductor que guíe al lector de un conocimiento a otro, y se repiten los conceptos numerosas veces, pero, por otro lado, aquel que termine la lectura tendrá una visión global acerca del tema que, abordado desde diferentes ópticas termina por resultar finalmente consistente. O eso creo yo.

El objetivo de publicar en este formato estas reflexiones, es abrir un campo de debate sobre este asunto, encontrar personas o entidades que también estén interesadas en el mismo y solicitar ayuda para realizar experimentos que verifiquen estas conclusiones que, en teoría, resultan bastante congruentes. Así mismo, responder a las críticas o dudas de otras personas, fortalecerá o deshará las hipótesis que aquí se plantean.

Por último, el texto se presenta como una entrevista en la que se empieza por explicar las bases de un método que, basado en mis conclusiones personales, serviría para trabajar la postura de un individuo cualquiera. Sin más les dejo con el texto, agradeciendo de antemano cualquier participación.


¿QUÉ ES EL MOVIMIENTO INTERNO?

El movimiento interno es un método de entrenamiento físico. El objetivo de este método es doble. Por un lado, generar en el individuo la consciencia de que existe la posibilidad de controlar el empuje que ejerce el contenido del tronco sobre el continente. Por otro, enseñar al individuo a controlar este empuje del contenido del tronco, mediante la musculatura del mismo.


¿QUÉ VENTAJAS TIENE ESTE MÉTODO?

Controlar el empuje del contenido del tronco es fundamental. Si este empuje no se controla el organismo entra en un proceso degenerativo irrefrenable. Si el empuje del contenido del tronco no es controlado éste actúa desde dentro, como un virus o un tóxico, interviniendo en todas las actividades del individuo, deformando su cuerpo y degenerándolo poco a poco, cada segundo, en cada actividad, de modo que van apareciendo con el transcurso de los años lesiones degenerativas, tanto del sistema locomotor como del resto de sistemas. Si el empuje del contenido del tronco se controla este proceso degenerativo se minimiza. Cuanto mayor sea su conciencia y su control sobre este proceso menor será el impacto negativo acumulativo que tendrá la degeneración asociada con los años.


¿CÓMO SE CONTROLA EL EMPUJE DEL CONTENIDO DEL TRONCO?

A través de la musculatura del tronco.


ESTE EMPUJE DEL CONTENIDO DEL TRONCO ¿ES SIEMPRE IGUAL EN TODAS LAS PERSONAS?

En cada persona es diferente. Por este motivo es tan importante tomar conciencia de cómo es el empuje del contenido del tronco personal, para poder controlarlo posteriormente.


¿POR QUÉ OCURRE ASÍ?

No conocemos los factores por los cuales se establece una forma u otra de empuje del contenido del tronco. Es posible que la forma personal de empuje del contenido del tronco (a la que vamos a llamar imagen) esté relacionada con aspectos psíquicos que se forjan en la primera infancia. De alguna manera es como si el “personaje” inconsciente que usted interpreta en las relaciones más primarias (que son las relaciones entre usted, su padre y su madre) tomara una forma física, a través del control del empuje del contenido del tronco, que más adelante permanece inconsciente y se va haciendo nociva.


¿CÓMO COMENZÓ A INVESTIGAR ESTAS CUESTIONES?

Siempre me gustaron la anatomía y la biomecánica. Al estudiarlas en profundidad descubrí que existe una paradoja increíble en la forma como se degeneran con el uso las estructuras de nuestro cuerpo. Esta paradoja es la siguiente: las estructuras que forman nuestro sistema locomotor están perfectamente diseñadas para soportar cargas verticales (es decir la gravedad) y movimientos de rotación (el ejemplo más claro de esto que le digo son los discos intervertebrales, pero hay más) Si un individuo se encontrase erguido, derecho, el sistema musculoesquelético apenas se degeneraría. Y sin embargo, todos sabemos que en la realidad esto no es así. ¿Por qué? Porque en las estructuras anatómicas aparecen fuerzas que no son verticales, sino horizontales, y que se conocen como fuerzas de cizallamiento. Estas fuerzas de cizallamiento van deteriorando las estructuras ligamentosas, porque se producen en un eje diferente al eje de constitución de los ligamentos. Para que me entienda, ocurre como con un esparadrapo. Si usted lo intenta romper de forma axial le costará mucho. Sin embargo, si lo rompe usando una fuerza perpendicular a la dirección de las fibras del tejido, lo romperá fácilmente. Esta fuerza, sería una fuerza de cizallamiento. Cuando los ligamentos en las articulaciones se deterioran a causa de este proceso, lo siguiente que ocurre es que aparecen holguras en las mismas, con la consecuente aparición de roces en zonas que no están preparadas para tolerarlos. Esto da lugar a la degeneración del cartílago, y también de las estructuras óseas.
Así que, como ve, tenemos un sistema preparado para la verticalidad, para estar erguido, puesto que de no ser así aparecen las fuerzas de cizallamiento, pero el hecho de estar erguido nos resulta terriblemente costoso. No tiene sentido. Es como si nos hubieran dado una herramienta pero no las facultades para usarla.
Se puede decir que este fue el principio de mi interés por el tema de la postura. Hoy ya sabemos que el elemento que falta para poder usar esta herramienta es la conciencia. Lo que evita que podamos enderezarnos es el inadecuado manejo de la presión interna. Si la presión interna se dirige, por ejemplo, hacia delante, de lo cual usted no tiene ninguna conciencia, evita que la postura pueda ser erguida. Para que la postura fuera erguida, usted tendría que luchar contra el empuje hacia delante de su presión interna. Es una guerra que agota. Mantenerse erguido cansa, no porque realmente sea cansado, sino porque usted está luchando contra el incorrecto empuje de la presión interna.

¿CÓMO DESCUBRIÓ LA SOLUCIÓN A LA PARADOJA?

El descubrimiento se produjo de la forma más casual. Accedí, por interés personal y por pura curiosidad, a las teorías de Jung sobre el inconsciente. Al entenderlas, de repente todas las observaciones que había hecho durante años cobraron sentido. ¿Y si existiera un elemento del que no somos conscientes y que impide que podamos erguirnos?
Hablando de Jung, déjeme llamarle la atención sobre el hecho de que el elemento definitivo para poder controlar este incorrecto empuje de la presión interna es la conciencia. Si usted toma conciencia de que dentro de usted existe una especie de “virus”, ya está casi todo hecho. Este “virus” funciona a nivel físico como el ego funciona a nivel psicológico. Por este motivo lo hemos llamado “imagen”. Su imagen es lo que usted considera “su postura”, pero usted no se da cuenta de lo que “su postura” tiene de gen de la degeneración de su cuerpo. Tome conciencia. Su imagen es el principio de la degeneración. Su imagen es la causa de la aparición de las fuerzas de cizallamiento. Tome conciencia.


¿BASTA CON TOMAR CONCIENCIA?

No. El primer paso es tomar conciencia. El segundo es completarse.


¿A QUE SE REFIERE CON COMPLETARSE?

Completarse es entender que su imagen no es completa. Tal vez su imagen desplace el empuje de la presión interna hacia la zona abdominal anterior. Esto dará lugar a problemas de cizallamiento en la zona lumbar: hernias, discopatías, artrosis de las articulaciones intervertebrales... etcétera. Lo primero es tomar conciencia de que es su imagen la que causa estos problemas degenerativos. Lo segundo es hacer algo con su imagen. ¿Cambiarla? No. No seamos ingenuos, no podemos cambiar nuestra imagen. En lugar de eso debemos entender que es incompleta. Nos causa problemas. Lo que debemos hacer es acceder a la imagen contraria. Esto es completarse. Si mi imagen hace que el empuje de la presión del tronco vaya hacia la zona abdominal anterior, debo acceder a la imagen contraria. Debo esforzarme por enviar el empuje de la presión del tronco hacia la zona lumbar. No se puede vivir contrariando la propia imagen en todos los momentos, pero sí se puede hacer algo a diario para contrariarla. Un ejercicio, si quiere, un entrenamiento físico. Esto es lo que propone el método.


¿POR QUÉ EL MÉTODO SE LLAMA MOVIMIENTO INTERNO?

Cuando el empuje de la presión del tronco se dirige en contra de la propia imagen se genera una especie de movimiento interno. Este es el motivo.


¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DEL MÉTODO?

Podría resumirse de la siguiente manera: Si usted no realiza ninguna actividad para controlar su imagen, con el paso de los años su imagen lo controlará a usted. Se irán instalando procesos degenerativos que afectarán a todo su cuerpo, las articulaciones, los órganos y todos los sistemas. En el caso de las articulaciones, el empuje de la imagen arrastrará a las estructuras óseas hacia posiciones forzadas que, al articularse, se van desgastando. Es el mecanismo de instauración de la artrosis. Imagínese si pudiéramos prevenir la aparición de este tipo de lesiones crónicas y degenerativas desde el principio, a través de un diagnóstico basado en la capacidad de identificar su “imagen”. Si observáramos que su imagen arrastra la zona lumbar hacia la hiperlordosis, podríamos intervenir tempranamente para corregir esta circunstancia antes de que los daños sean irreparables. Si observáramos que su imagen arrastra a las rodillas hacia el valgo, igualmente podríamos hacer algo desde muy pronto.
De la misma forma ocurre en todos los niveles, pero hay que estudiar esto con mayor profundidad. ¿Qué ocurre en los sistemas venosos?, ¿Qué sucede con la digestión?
Por poner un ejemplo sencillo, piense en lo que supone este método del movimiento interno a nivel estético. Todos sabemos que con los años el cuerpo se degenera y la postura tiende a deformarse. Pensamos que es normal. Algo inevitable. Y sin embargo, una parte importante de esta degeneración se puede evitar. Si su tripa ya no es tan plan como antes, sin ir más lejos, si usted hace abdominales tonificará esta zona, pero no podrá evitar que el empuje del contenido del tronco siga dirigiéndose hacia allí, con lo que por delgado y tonificado que usted esté, no logrará estar esbelto. La solución es liberar las fascias posteriores de la zona lumbar, para que el empuje de la presión se dirija hacia allí, con lo que la postura se corrige, se hace más esbelta y elegante.


¿QUIERE USTED DECIR QUE EL MÉTODO PUEDE SERVIR PARA MEJORAR A NIVEL ESTÉTICO LA FIGURA?

Efectivamente, así es. El problema es que no funciona de forma rápida. Si usted tiene cincuenta años no puede pretender cambiar la forma como la presión interna empuja dentro del tronco de la noche a la mañana. Incluso si tiene quince años esto no ocurrirá. Sin embargo, piense que si lleva unos años practicando cotidianamente se han creado nuevos huecos en su cuerpo que albergan la presión interna, y que permiten que, muy poco a poco, su postura cambie. El único ejemplo que ahora puedo ofrecerle es el mío. Mi postura cambió aproximadamente después de un año de ejercitar estos patrones de control de la presión interna. El cambio no fue espectacular. Fue un cambio sutil. Lo que sí es seguro es que la postura se hizo más esbelta, y que la tripa tiene ahora menos tendencia a protuir cuando me siento, y que si me coloco en postura de cuadrupedia no cae ya a causa de la fuerza de la gravedad. Mis expectativas en este campo son que, en cuanto logre estirar las fascias de la zona torácica y cervical, la postura siga mejorando, se haga más esbelta y elegante, puesto que ocurre que al dirigir la presión interna de mi tronco hacia arriba, mi postura mejora inmediatamente, incluso, el reparto de cargas en mis pies. Mi problema ahora mismo es que las fascias que antes le he dicho no tienen la elasticidad suficiente como para que la presión se dirija hacia ellas sin encontrar obstáculo.


ENTONCES, ¿SON LAS FASCIAS ACORTADAS LAS QUE DIRIGEN LA PRESIÓN INTERNA DE FORMA QUE SE CONSTITUYA UNA IMAGEN?

Sí. Cuando las fascias en su cuerpo están cortas la presión interna no puede evolucionar por esta causa. Si las fascias lumbares están retraídas, el aumento de la presión interna secundario a la inspiración se dirigirá hacia la parte anterior del abdomen. Por eso el método es lento. La clave es estirar las fascias, y esto requiere tiempo y constancia por su parte.
En realidad lo único que hace el método es forzar el empuje de la presión interna hacia estas fascias que está acortadas, de forma que, de este modo, se estiren. No hay misterio en esto.


¿EXISTE ALGÚN MÉTODO QUIRÚRGICO QUE PUEDA SER UTILIZADO PARA MEJORAR LA ELASTICIDAD DE LAS FASCIAS Y ACELERAR EL PROCESO?

No lo sé. Conozco métodos quirúrgicos poco invasivos que se utilizan en pacientes con parálisis cerebral para estirar las fascias, y sus resultados son buenos, pero nadie los ha utilizado con los fines que usted me pregunta. El problema de la investigación que estoy realizando es que no se puede seguir investigando más. Para continuar con las nuevas dudas que se plantean hace falta reunir grupos de control, de los cuales no dispongo, así como realizar experimentos que certifiquen las hipótesis que aquí se plantean, y que den paso a nuevas formas de utilización del método.


¿QUÉ MÚSCULOS DEL TRONCO DEBEN UTILIZARSE PARA CONTROLAR EL EMPUJE DEL CONTENIDO DEL MISMO?

No hay un patrón único. En cada persona será diferente. Lo único que podemos saber es que los músculos del tronco se organizan en dos grupos, a los que hemos llamado “anterior” y “posterior”. Los músculos se concatenan de diferentes formas para “abrir” ciertas zonas del tronco y “cerrar” ciertas otras zonas. De este modo, la presión se dirige a las zonas abiertas, y “huye” de las cerradas. De alguna forma es como si tratáramos de inflar un globo sobre el que tuviéramos la capacidad de endurecer ciertas zonas y ablandar ciertas otras. Hacia las partes blandas se dirigirá más aire, mientras que hacia las partes duras se dirigirá menos. De este modo, abriendo y cerrando, endureciendo y ablandando, o como lo quiera llamar, se controla la forma del globo. Pero un globo está vacío, no hay nada dentro de él. En cambio, su tronco está lleno (aunque con la respiración el contenido del tronco varía, siempre está lleno) y la forma del mismo ya está definida. Es como si yo le entregara un globo que ya está lleno de aire y cuya forma está ya definida, y le dijera: “toma, ahora cámbialo de forma”. Esto es lo que consigue el método del movimiento interno.
Otra cosa que sabemos es que el empuje del contenido del tronco debe ascender con la inspiración, y que en ese ascenso debe moverse cerca de la columna vertebral, de tal modo que en las zonas de lordosis el empuje debe pasar de la parte anterior del tronco a la posterior y, en las zonas de cifosis, de la parte anterior o posterior a las zonas laterales a la columna vertebral. En general, se podría decir, haciendo un símil con el ejemplo del globo, que el empuje del contenido del tronco sigue más o menos esta forma: Primero llenado de la cesta iliaca, cerrando la zona anterior y abriendo la posterior (sacro). Segundo, se sigue llenando la cesta iliaca, en concreto las zonas laterales. Tercero, se llena la zona lumbar, cerrando la zona anterior y abriendo la posterior. Cuarto, se llena la zona dorsal baja, abriendo detrás y cerrando delante. Quinto, se llenan los laterales de la zona dorsal baja, que han de abrirse. Sexto, se llena la zona dorsal alta, abriendo por detrás. Séptimo, se llenan los laterales de la zona dorsal alta, abriendo por los lados. Octavo, de forma igual a la zona lumbar, la zona cervical se abre por detrás y se cierra por delante. Noveno, se llena el cráneo, de igual forma a como se llenan la cesta pélvica o el tórax, abriendo por detrás y por los lados y cerrando delante.


¿PODRÍA DECIRNOS QUÉ MÚSCULOS FORMAN EL GRUPO ANTERIOR Y EL GRUPO POSTERIOR?

Grupo anterior: psoas iliacos, oblicuos internos, oblicuos externos, serratos mayores, omohioideos y estilohioideos.
Grupo posterior: obturadores internos, piramidales, cuadrados de los lomos, porciones inferiores de los trapecios, porciones superiores de los trapecios, músculos rectos de la cabeza y esplenios.

A groso modo esta es la concatenación de músculos que actúan definiendo la dirección y sentido del empuje del tronco. A esta lista hay que añadir algunos músculos accesorios, aunque los fundamentales son los que he nombrado.


¿CÓMO PUEDEN MÚSCULOS COMO LOS OBTURADORES Y LOS PIRAMIDALES INFLUIR SOBRE EL CONTENIDO DE LA PELVIS, SIENDO ÉSTA UN ELEMENTO RÍGIDO?

La pelvis no es rígida. Los huesos que componen la pelvis son rígidos. Es diferente. Los huesos que componen la pelvis son los dos coxales y el sacro. Entre estos huesos existen articulaciones. Estas articulaciones además son de un tipo especial que permiten movimientos de deslizamiento y giro. Existe una articulación delantera (entre los dos huesos púbicos) y dos articulaciones traseras entre el sacro y la pelvis. Estas tres articulaciones permiten que el conjunto al que llamamos pelvis se deforme, y que, además, no se deforme de una única manera, sino de varias, diferentes según la musculatura que se contraiga.


PERO, AÚN ASÍ, EN EL EJEMPLO QUE USTED PUSO ANTES, EL DEL GLOBO, SE ENTIENDE QUE EL AIRE ENTRE AL ABRIR EL ESPACIO, PORQUE EL GLOBO ESTÁ HECHO DE UN MATERIAL DEFORMABLE. ¿CÓMO SE SUPONE QUE LA ESTRUCTURA DE LA PELVIS, HECHA DE HUESOS RÍGIDOS, SE DEFORMA PARA DEJAR ACCEDER AL EMPUJE DEL CONTENIDO DEL TRONCO?

No hay contradicción en esto. Cuando los músculos de la pelvis se contraen, ésta se deforma de manera que se abren huecos para el empuje del contenido del tronco, como usted ha dicho. Es como si tuviera una caja llena de agua. Si usted logra ampliar el tamaño de la caja, el agua tomará este espacio. En este caso usted no amplía el tamaño de la caja. En lugar de eso, usted cambia la forma de la caja. Como consecuencia, la fuerza de la gravedad dirigirá el agua hacia los espacios que estén “abiertos”, mientras que se vaciarán los espacios que se hayan cerrado. De esta manera, el centro de gravedad del sistema cambiará.
De la misma forma ocurre en el abdomen, y también del mismo modo en la caja torácica, e incluso en el cuello y en el cráneo.


USTED NOS HA EXPLICADO LAS BASES TEÓRICAS DEL MÉTODO. ¿PUEDE AHORA RELATARNOS CÓMO SE REALIZA EL ENTRENAMIENTO?

El entrenamiento se realiza de la siguiente manera: Lo primero son ejercicios de toma de conciencia. ¿De qué hay que tomar conciencia? Del modo como la presión interna empuja dentro de usted, es decir, de su imagen. Esto se realiza simplemente prestando atención. Prestar atención es la base. Es el pilar fundamental de este método. Sin esta atención, sin esta toma de conciencia, no hay método. Lo único que usted hará será un entrenamiento físico como otro cualquiera. Lo segundo es comenzar a manipular la musculatura del tronco para poder manejar el empuje del contenido del mismo. Este entrenamiento se realiza en diferentes niveles de sutileza. Primero se empieza con movimientos groseros de la pelvis, el tórax y el cráneo, así como de la zona lumbar y cervical. Después se entrena la actividad y control de músculos internos como puedan ser los músculos perineales, o el transverso del abdomen. A continuación se realizan ambas acciones, y se añade la conciencia de la percepción del empuje del contenido del tronco. Esta percepción es, francamente, muy sutil, difícil de conocer si no ha existido una preparación previa. En esta fase uno puede sentir como al tomar aire la presión aumenta dentro del tronco, y como este empuje debido al aumento de presión puede dirigirse. Al hacer esto, al dirigir el empuje, el resto de actitudes musculares que se han entrenado antes se activan, sin que uno deba realizarlas conscientemente. Sin embargo, no se puede empezar la preparación por este estadío, porque, como comprenderá, su instructor le pedirá algo que usted no será capaz de percibir.


ALGUNOS DE LOS CONCEPTOS QUE USTED ACABA DE EXPONER SON SEMEJANTES A LOS QUE SE MANEJAN EN YOGA

Tiene razón. Yo no he inventado nada. Ya todo estaba descubierto. Sin embargo, el conocimiento del yoga es un conocimiento intuitivo, experiencial. Se podría decir que el único mérito que tengo es haber interpretado este conocimiento, liberándolo de su carga mitológica. Cuando yo hablo de presión interna, esto es prana. Nuestro método es diferente del yoga sólo porque la instrucción es distinta. Para que lo entienda, la diferencia entre el yoga y el método es la misma que entre la cosmogonía primitiva y la astronomía. Igual el conocimiento existe, pero la forma de abordarlo y de utilizarlo, escuche bien esto: y de utilizarlo, es diferente. El abordaje del método permitirá abrir nuevos campos de investigación. Esta es la diferencia.


¿EL ENTRENAMIENTO TAMBIÉN ES SEMEJANTE AL DEL YOGA?

Sí. Sin embargo, la instrucción es diferente. Como le he dicho antes, la instrucción del método es concreta. La del yoga es difusa. Los ejercicios se parecen, tienen cierta semejanza, pero la forma de hacerlos es distinta. En una clase de yoga le dirán: mantenga la postura y respire, contraiga los bandas, atienda a su cuerpo. En una clase de movimiento interno le dirán: mantenga la postura, contraiga el periné, utilice la musculatura de su tronco como ha aprendido a hacerlo para conseguir que el empuje de la presión interna se dirija hacia los lugares contrarios a su imagen... ¿ve la diferencia? Tal vez usted piense que se trata sólo de una diferencia pequeña, y que, en el fondo, ambos trabajos son iguales. Puede ser, pero la diferencia es enorme. Es como si le dieran a usted una máquina descomunal, de posibilidades infinitas, un bulldozer, y le dijeran utilízalo. El yoga le proporciona instrucciones en forma de cuentos y mitología. El movimiento interno le proprociona un manual completo, detallado, al estilo occidental. ¿Una forma es mejor y la otra es peor? No. Son diferentes. Para empezar el objetivo último del yoga es la unión del individuo con el cosmos, con el todo, lo uno o la nada... Es un objetivo grande, importante, que necesita de una mitología que lo impulse. El objetivo del movimiento interno es simplemente trabajar con la postura. Es un objetivo pequeño, que huye de la mitología y abraza el rigor detallista para la consecución de su fin.
Por otro lado, si usted acude a una clase de yoga, de cualquier tipo de yoga, y tiene suerte y encuentra a un instructor que entienda el trabajo físico que se ha de realizar, aún así no podrá acceder al verdadero beneficio del yoga. Sí, realizará un trabajo de fuerza y estriamiento, no cabe duda, e incluso puede que mejore su capacidad respiratoria y su concentración... Pero el auténtico beneficio, lo que hace que su cuerpo cambie, eso no lo podrá obtener. Y esto es así porque la misma asana que usted utiliza bloquea el correcto movimiento de los segmentos óseos del tronco. Usted estira las piernas, por ejemplo, y este estiramiento de las fascias de las piernas impide que en su tronco haya un cambio. ¿Comprende? El buen profesor de yoga le dirá que estire menos las piernas y más la espalda, que ponga toda su atención en como “respira la espalda”... Lo mismo que un instructor de movimiento interno. La única diferencia es que en el movimiento interno existen ejercicios diseñados para acceder desde el principio a esta especial movilidad del tronco. Son ejercicios en los que los miembros se encuentran en flexión, y toda la atención y todo el trabajo se hace con las cinturas escapular y pelviana. Esta es la diferencia. A partir de que este trabajo se consolida, su cuerpo cambia. A partir de que se fortalece la musculatura que permite esta especial movilidad del tronco, a partir de que se elongan las fascias que posibilitan esta disposición de los segmentos óseos del tronco, se realiza el acceso al estiramiento de las fascias de miembros superiores e inferiores. No al revés.
En una clase de yoga es difícil llegar a esta conciencia de las carencias del propio cuerpo, del propio tronco. La imagen brillante de un individuo que se toca las corvas con las orejas impide que el verdadero trabajo, el que realmente hace cambiar el cuerpo, se realice. En el movimiento interno esto no sucede. El trabajo está diseñado para que lo importante se trabaje, y para que todo lo demás se trabaje a partir de lo importante. ¿Para qué necesita usted esta flexibilidad asombrosa? ¿Es necesaria en su vida? ¿Sirve para tender la ropa, para freír un huevo? No. Usted necesita libertad, sí, pero de los segmentos que forman el tronco, y de las estructuras que lo unen a los miembros. Si usted tiene este tipo de libertad, podrá caminar libremente, podrá subir las escaleras libremente, podrá peinarse libremente. Lo de las asanas espectaculares lo dejaremos para quien quiera ejercitarlas.
El yoga bien hecho es lo mismo que el movimiento interno, pero es difícil interpretar el yoga. ¿Qué es el prana? ¿Qué es kundalini? Cada uno llegará a su propia conclusión, que tendrá mucho que ver con las espectativas de cada uno, porque estos son conceptos mitológicos. Pero no ocurre igual con la presión interna, ni con el concepto de la contranutación... Todo el mundo lo entenderá igual, todo el mundo lo utilizará igual, y su efecto se trabajará desde el minuto uno de la práctica. Como ve, es como habíamos dicho, una diferencia de enfoque, no de la esencia.


¿HAY DIFERENTES TIPOS DE MOVIMIENTO INTERNO AL IGUAL QUE HAY DIFERENTES TIPOS DE YOGA?

No. El movimiento interno es prácticamente un concepto. Yo le digo a usted que la presión interna de su tronco se puede manejar. Usted me cree, lo practica, y lo utiliza. El concepto ya está definido. La forma como usted utilice este concepto en la práctica, eso es cosa suya. Cada una de estas modalidades de uso será una forma diferente de movimiento interno, es decir, de práctica del movimiento interno. Si usted lo utiliza con posturas de estiramiento, esta es una modalidad. Si usted lo utiliza haciendo incapié en la conciencia y la atención, esto es otra. Si usted lo utiliza cuando corre, o cuando nada, es diferente práctica, pero todo es movimiento interno.
Personalmente, creo que la forma más completa de practicar el movimiento interno incluye estas tres modalidades: Uno, conciencia y práctica del manejo del control de la musculatura del tronco. Dos, manejo de la musculatura del tronco más estiramientos. Tres, manejo de la musculatura del tronco más ejercicios aeróbicos suaves. La práctica de estas tres modalidades sería la más completa posible.
Otra diferencia entre el movimiento interno y el yoga es el fin. El fin del movimiento interno es la reeducación del individuo. El fin último es caminar de forma diferente, fregar la losa de forma diferente, ver la tele de forma diferente... o cuando menos acceder a la conciencia de que esta forma existe, y a su práctica, cuando usted lo necesite. Por eso en el movimiento interno se incluyen ejercicios en los que se entrena esta conciencia. No se limita el entrenamiento a una postura, sino que se expande, se incluye dentro de una actividad. Correr mientras se centra la conciencia en la correcta contracción de la musculatura de la pelvis y la correcta manipulación de los músculos del tronco para que el empuje del contenido del mismo sea equilibrado, andar de este modo, nadar de este modo... hacer abdominales, flexiones, levantar pesas. El movimiento interno es un concepto de trabajo, de utilización del cuerpo. Con la preparación adecuada, el objetivo final sería acceder a esta forma de control corporal donde y cuando usted lo necesite. En el metro, en la oficina, en la playa...


¿PODRÍA DECIRSE QUE EL MOVIMIENTO INTERNO ES UN TIPO DE YOGA?

Zanjemos este tema de la siguiente manera. Digamos que el movimiento interno es un tipo de yoga que está enfocado en el nivel físico, y que huye de todo enfoque espiritual. ¿Le parece? Digamos que el hatayoga forma parte del movimiento interno, pero que éste incluye otros enfoques que pueden ser preparatorios para el entrenamiento clásico del hatayoga. Digamos que son métodos paralelos, con algunos puntos en común, o que no tienen nada que ver. ¿Qué importa? ¿Cuál es la necesidad de marcar fronteras? El movimiento interno es una forma de conocimiento que yo le presento. Ponga usted los paralelismos, las diferencias y las semejanzas. No hay nada interesante en esto, más que marcar los límites para un mercado concreto. Esta será, posiblemente, la única diferencia. Cuando yo he presentado este método a practicantes de yoga, estos me han dicho que el método no se parece al yoga. ¿Cuál es aquí el problema, qué el yoga es diferente del movimiento interno o que el yoga que fue enseñado a estas personas no era buen yoga? Son preguntas difíciles, de las que no encuentro ninguna salida válida. El yoga que estos maestros enseñaron era el yoga que ellos conocían. No es mi intención desacreditarlo. No soy yo el que compara. No sé que contestarle, en realidad. Yo encuentro que los fundamentos de este método se asemejan a los del yoga, sólo difieren en el enfoque de transmisión, pero los que practican yoga me dicen a mí que el método no es yoga, aunque se utilizan las asanas.
Digamos, para terminar, que dejo las diferencias para usted y para los que lo sigan. ¿Le parece?


USTED HA DICHO ANTES QUE EL ENTRENAMIENTO DE LA CONCIENCIA DEBE REALIZARSE POR NIVELES DE SUTILEZA. ¿PODRÍA EXPLICAR ESTO CON MÁS DETALLE?

Sí. El objetivo final del movimiento interno es encontrar la imagen personal, y manejar la musculatura del tronco con el fin de dirigir el empuje de la presión interna hacia la imagen contraria. Percibir esto es difícil. Requiere práctica. Tal vez años de práctica. Para acelerar esta percepción, empezamos por ensayar las consecuencias del correcto manejo de la musculatura del tronco. Es lo mismo que si usted quisiera aprender a leer braile. La sensibilidad necesaria para poder leerlo, se adquiere con la práctica, y esta práctica empieza por la consecuencia de haber adquirido esta sensibilidad, es decir, por la identificación del signo con una sensación física concreta. El aprendizaje consiste en hacer consciente esta identificación de signo y sensación física. Cuando esta consciencia se ha adquirido y repetido muchas veces, aparece esta sensibilidad especial. De la misma forma se entrena el movimiento interno.
Lo primero que hace el instructor es dirigir su conciencia hacia la presión que empuja dentro de su tronco. Lo primero es esto, sin intervenir. Lo segundo es hacerle notar como esta presión deforma su tronco, dotándolo de una forma concreta. Lo tercero es darle las herramientas para contraer la musculatura del tronco y así poder intervenir sobre el empuje personal de la presión interna. En este punto el instructor le dirá que debe mover el tronco de determinada forma. Por ejemplo, a nivel de la pelvis, el instructor le dirá que debe llevar las crestas iliacas hacia delante, y al mismo tiempo el promontorio del sacro hacia detrás. De la misma forma, le guiará para que todo el tronco se vaya contrayendo, desde abajo hacia arriba.
A continuación, el instructor le hará caer en la cuenta de que existen determinados músculos que le ayudarán a realizar estos movimientos de una forma más natural. En el caso de los movimientos pélvicos, este músculo es el periné. Su sola contracción hace que las crestas iliacas se dirijan hacia delante, y el promontorio sacro hacia detrás. Como este, existen otros músculos más arriba, que dirigen de forma natural las contracciones del tronco.
Por último, el instructor dirigirá su conciencia, es decir, lo hará percatarse para que usted se de cuenta de, cómo al dirigir la presión del tronco de forma contraria a la que usted percibió en el primer ejercicio, es decir, de forma contraria a su imagen, estas contracciones ocurren de una manera totalmente espontánea.

Ahora usted entenderá lo que quiero decir con niveles de sutileza. Se entrena de lo más fácil de percibir, y por tanto más bruto, más grosero, a lo más sutil. Pero, esto debe quedar claro, el nivel operativo es el nivel sutil. ¿Qué quiere decir esto? Quiere decir que cuando usted vaya a realizar los ejercicios de movimiento interno, debe tratar de dirigir el empuje de la presión interna de su tronco, no provocando y forzando la movilización correcta de las estructuras óseas, es decir, usando el ejemplo anterior de la pelvis, no dirigiendo las crestas iliacas hacia delante y el promontorio sacro hacia detrás, sino tratando de dirigir el empuje de la presión interna en contra de su imagen. Esto es lo que ha de hacerse. ¿Podrá hacerlo usted el primer día de su entrenamiento? No, evidentemente. Entonces utilizará el nivel más grosero. No importa, siempre que usted sepa que este nivel es una herramienta que ha de ser superada.


¿CUÁLES SON LAS OTRAS FORMAS EN QUE SE MUEVE EL TRONCO, SEMEJANTES AL MOVIMIENTO CONTRAPUESTO DE LAS CRESTAS ILIACAS HACIA DELANTE Y EL PROMONTORIO SACRO HACIA DETRÁS?

Si el empuje de la presión interna fuera perfecto, es decir, fuera perfectamente contrario a la de su imagen, colocarse en posición erguida sería fácil. En la práctica esto no ocurre a causa de la tensión de sus fascias acortadas, acostumbradas a su imagen. Si usted trata de erguirse, por lo tanto, en un nivel grosero estará realizando el trabajo del movimiento interno.
Bueno, yérgase entonces. Esto no es tan fácil. Usted no sabe como hacerlo. Usted cree saberlo, pero no lo sabe. Si yo le ordeno yérgase, y usted me obedece, se colocará en una postura que no es la postura erguida. La postura erguida, es una postura de equilibrio de todas las partes. Para erguirse como es debido, le sugiero que se siente con la espalda pegada a una pared, pegando desde abajo, desde el sacro, la espalda, y que trate de pegar toda su columna a la pared. Ya verá como le resulta muy difícil. El motivo es la tensión de las fascias acostumbradas a su imagen, como dije antes.

Si usted quiere aprender a erguirse, los movimientos que debe realizar son:

  1. giro de las crestas iliacas, de modo que las espinas iliacas anterosuperiores se muevan hacia delante y hacia abajo + giro del sacro, de modo que el promontorio sacro se dirija hacia detrás y hacia abajo. El total de este movimiento hará abrirse la pelvis por arriba, y cerrarse por abajo.
  2. Giro de la parrilla costal inferior, de modo que la apófisis xifoides del esternón gire hacia abajo y hacia delante + giro del segmento dorsal inferior de la columna vertebral, de modo que la superficie superior del tercio medio (esta es la zona posterior) de las últimas costillas, se dirija hacia detrás y hacia abajo. De nuevo el total de este movimiento abre la parrilla costal inferior por arriba, y la cierra por abajo.
  3. Giro de la clavículas hacia adelante y hacia abajo + giro de la zona posterior de las vértebras dorsales altas hacia detrás y hacia abajo (esto supone en la práctica un enderezamiento de la columna dorsal superior, lo que podríamos llamar de forma sencilla perder la joroba). Por tercera vez encontramos que el resultado de esta movilización es la apertura superior de la parrilla costal alta, y su cierre inferior.
  4. Giro de la base del cráneo (apófisis estiloides) hacia adelante y ahacia abajo + giro de la zona occipital hacia detrás y hacia abajo. Apertura del cráneo por arriba y cierre por abajo.

Si usted consigue vencer la resistencia de las fascias de su tronco y realizar estos movimientos, se pondrá totalmente erguido. Si está pegado a una pared, observará como toda su columna, con excepción de la columna cervical (que aún así, se acercará mucho), se habrá acercado a la misma hasta tomar contacto con ella.


¿QUÉ MUSCULATURA ACTÚA PARA QUE ESTOS MOVIMIENTOS SEAN POSIBLES?

Le responderé con un estudio que hice hace algún tiempo para definir lo que usted me está preguntando.


ENDEREZAMIENTO VERDADERO EN EL PLANO SAGITAL


La primera contracción necesaria es la del músculo pubococcígeo. Este músculo tiene fibras que comunican horizontalmente ambas estructuras óseas, pubis y cóccix. Su contracción da lugar a un acercamiento del pubis y del cóccix, con lo que se cierra el espacio pelviano inferior.

La segunda contracción necesaria es la de los músculos iliacos. Los iliacos van desde la cara interna de la pala iliaca hasta el fémur, concretamente hasta el trocánter menor. Su acción con la pala iliaca fija es la flexión con rotación externa del fémur, pero su acción con el fémur fijo es un movimiento de descenso y anteposición de la espina iliaca anterosuperior (que se acompaña de un retroceso con ascenso de los isquiones), con lo que, actuando de forma bilateral, ambos iliacos dan lugar a lo que llamamos anteversión de la pelvis. El músculo iliaco debe actuar sólo, y no acompañado por el psoas mayor. El motivo de esto es que cuando el psoas mayor actúa, si la pelvis está fija promueve la flexión con rotación externa del fémur, pero si es el fémur el que está fijo, promueve la anteversión de la pelvis y (aquí viene el problema) la hiperlordosis lumbar, puesto que sus inserciones al tronco llegan hasta la columna vertebral. Esta solicitación de la columna lumbar en hiperlordosis actuará de forma nociva en lo que al enderezamiento verdadero se refiere, puesto que impedirá que las vértebras se desplacen hacia atrás las unas sobre las otras, y en cambio realizará una extensión forzada de la columna lumbar.

La tercera contracción necesaria es la del músculo piramidal. Este músculo se fija por un lado en el sacro, región posterior de la pelvis, y por el otro en el trocánter mayor de la cadera homolateral. Su función, si se considera el sacro como punto fijo, es la de rotación externa del fémur. Si, en cambio, se considera al fémur como punto fijo, ambos piramidales actuando a la vez van a ocasionar un descenso y giro del sacro (el promontorio girará hacia detrás mientras que el cóccix lo hará hacia delante, acercándose al pubis). Este descenso del sacro ocurre en función de la tracción hacia abajo de los piramidales que se observaría en una imagen frontal, mientras que para entender el movimiento hacia delante del cóccix hay que recurrir a una imagen desde un punto de vista cenital, en un plano transversal. En este plano, los piramidales tiran según un vector que se descompone en dos componentes, una va hacia adelante, y la otra es la resultante de dos vectores opuestos que se anulan y que tirarían en sentidos contrarios en el eje que va de derecha a izquierda.

La cuarta contracción necesaria es la del músculo cuadrado lumbar. Este músculo va desde la cresta iliaca, hasta las apófisis laterales de las vértebras lumbares homolaterales. Se lo considera clásicamente como un lateralizador de la columna, cuando la pelvis está fija, y como un elevador homolateral de la pelvis cuando la columna está fija. Para entender su verdadera función, es necesario plantearse cómo está colocado este músculo en el plano transversal. Desde un punto de vista cenital, veríamos que las inserciones en la cresta iliaca son posteriores a las inserciones en las apófisis transversas de la columna lumbar. De esta forma, ambos músculos cuadrados lumbares actúan, cuando la pelvis está fija, tirando de la columna lumbar, con un vector oblicuo, cuyas componentes son, dos horizontales de sentido contrario, y una posterior. La resultante del movimiento es, por tanto, una fuerza posterior. Además, esta fuerza posterior actúa segmentariamente sobre cada una de las vértebras lumbares, de modo que cada vértebra se desplaza hacia detrás, actuando primeramente el sacro como base del movimiento y luego cada vértebra como base para la vértebra inmediatamente superior. Este movimiento en retroceso de las vértebras, no de golpe, sino secuencial, hace que se produzca lo que estamos buscando: el enderezamiento verdadero de la columna lumbar.

Estas cuatro acciones musculares van acompañadas de un efecto visceral. Cuando usted las practique se dará cuenta de que aparecerá una sensación de vacío en la zona abdominal baja. Esto se debe a que las vísceras abdominales bajarán, merced a la apertura del espacio pelviano superior, y tendrán un mayor espacio posterior para acomodarse, es decir, dejarán de empujar hacia delante al producirse el retroceso de las vértebras lumbares. Sin necesidad de la contracción del transverso del abdomen, el vientre se aplanará. Si el transverso del abdomen se contrajera, no tendría que luchar contra la tensión de las vísceras, pues éstas estaría ubicadas por detrás y por abajo de su posición habitual.

Al mismo tiempo, aparecerán los primeros efectos sobre la respiración. El descenso del diafragma no provocará ya un aumento de la presión abdominal que se resuelve con la dilatación de la pared abdominal anterior. En vez de eso, el centro frénico del diafragma se apoyará en las vísceras abdominales (que ubicadas en una línea vertical, en vez de protuirse hacia delante, se deformarán ocupando por completo la cavidad pelviana inferior - presionando sobre el diafragma pélvico, contraído – y el espacio posterior del abdomen) y servirá de punto fijo para que las fibras musculares del diafragma tiren de la parrilla costal inferior, promoviendo una actitud en inspiración. Esta forma de acción del diafragma servirá de impulso para que el aumento de presión intratroncal secundario a la introducción de aire en los pulmones, ocurra en sentido vertical, y no existan “fugas” horizontales que perviertan la postura.

La quinta contracción necesaria es la de los músculos oblicuos. Primero se contraerán los músculos oblicuos internos, y luego los externos. Si bien, es – creemos – imposible separar la contracción de uno y de otro. El oblicuo interno tiene fibras que van desde la cresta iliaca, hasta la línea alba. Se conoce a este músculo por su acción de flexión del tronco. Cuando la pelvis está fija tira de la parrilla costal, y cuando la parrilla costal está fija tira de la pelvis. Actuando sinérgicamente con el oblicuo externo del lado contrario, ejerce la rotación del tronco. El músculo oblícuo externo va desde la línea alba, hasta las costillas, en las cuales se ancla de forma serrada. Sus acciones son similares a las del oblicuo interno, puesto que su acción es siempre sinérgica con éste. Ahora bien, si nos fijamos en el cuadrado lumbar, veremos que sus fibras más altas llegan hasta las vértebras lumbares altas, pasando del punto medio de la curva lumbar – c3 – Estas fibras del cuadrado lumbar no provocan tanto un retroceso de las vértebras lumbares, sino una verdadera extensión de la columna lumbar alta. La razón de que esto ocurra así, es que la vértebras lumbares altas, una vez que las inferiores han retrocedido en el movimiento de enderezamiento verdadero, no se encuentran ya – en el plano transversal - tan por delante de las crestas iliacas, sino casi a su misma altura. Así pues, la contracción del cuadrado lumbar no generará más un retroceso de las vértebras lumbares altas, sino un descenso de las mismas, que da lugar a una extensión de la parrilla costal. Para entender esto, es necesario imaginar una vista posterior del cuadrado lumbar. Desde esta vista, los vectores que traccionan las vértebras son: dos horizontales que se anulan, y uno inferior.

Para corregir esta extensión de la parrilla costal, se opone la acción de los oblicuos. En primer lugar se puede considerar que el oblicuo interno tensa la línea alba, para que ésta sirva de punto fijo a los oblicuos externos, que provocarán una flexión de la parrilla costal. Esta sinergia entre oblicuos y cuadrado lumbar permitirá que no exista ni flexión ni extensión del tronco, sino una postura de enderezamiento real.

Por otro lado, la tensión de los oblicuos sobre las costillas inferiores es un punto que hay que considerar desde el punto de vista de la dinámica respiratoria. Como antes vimos, al poder utilizar a las vísceras abdominales como base para el apoyo del centro frénico, el diafragma tirará de las costillas inferiores promoviendo la inspiración. Por otro lado, piénsese que la fibras anteriores del diafragma llegan hasta la apófisis xifoides. Estas fibras realizarán una tracción hacia detrás de la apófisis xifoides del esternón, con lo cual habrá un acercamiento del esternón a la columna vertebral, disminuyendo el diámetro anteroposterior de la parrilla costal, y aumentando el diámetro horizontal. Esta misma deformación de la caja torácica está favorecida por la contracción de los oblicuos, puesto que al aumentar la presión dentro del tronco por la incorporación de aire en la inspiración, la contracción de los oblicuos impiden que haya una “fuga” de presión a causa del ascenso de las costillas inferiores. Esta imposibilidad de ascenso de las costillas inferiores, (y por tanto de aumento del diámetro anteroposterior del tórax) se ve compensada por el aumento del diámetro lateral que es secundario a la elevación de las costillas inferiores con la inspiración. De esta manera, también los oblicuos colaboran, en la raíz del tórax, a que el aumento de presión dentro del tronco ocasionado por la introducción de aire en los pulmones tenga un recorrido ascendente, puesto que una vez que la movilidad articular de las costillas inferiores ha cesado, la presión debe seguir subiendo hacia las estructuras superiores del tórax y hacia la base del cuello.

La sexta contracción necesaria es la de los músculo serratos posteriores inferiores. Estos músculos van desde las tres vértebras lumbares altas y dorsales bajas hasta la cara posterior de las tres o cuatro costillas inferiores. Su contracción se considera normalmente espiradora. La función que nosotros le atribuimos es la de corregir una exagerada flexión del tronco a causa de la contracción de los oblicuos. Además, su contracción aumenta también el diámetro lateral del tórax, puesto que tomando como punto fijo la columna vertebral (enderezada por la acción conjunta de oblicuos y cuadrado lumbar), provoca un movimiento de retroceso de las costillas (y por tanto de ensanchamiento lateral de la parrilla costal inferior). En un plano transversal se apreciaría como el origen, en la columna vertebral, de los serratos menores posteriores e inferiores está por detrás de su inserción en la cara posterior de las costillas. Su contracción dará lugar, por tanto, a una fuerza de dirección anteroposterior y de sentido hacia detrás, que traccionará de esa manera de las costillas, retrasando su posición. En un plano horizontal veremos como el origen en la columna está por debajo de la inserción en las costillas, lo que provoca una fuerza sobre las costillas que se descompone en dos vectores. El primero se dirige hacia abajo, y el segundo en dirección horizontal, con sentido hacia la línea media.

Acompañando a esta musculatura funcionan las fibras inferiores y medias del trapecio. Esta fibras musculares van desde las apófisis espinosas de la cuarta a la duodécima dorsal, hasta el borde superior del la espina del omóplato. Su contracción supone el acercamiento a la línea media, descenso y giro de las escápulas, de tal forma que el vértice inferior de la escápula se acercará a a línea media mientras que el superoexterno se separará y descenderá.

La octava contracción necesaria es la de las fibras inferiores y medias de los músculos serratos mayores. Estos músculos van desde la cara anterior de las costillas novena a primera, hasta el borde medial de la escápula, insertándose por la cara anterior de la misma. Se distinguen tres fascículos. El superior va desde el borde vertebral de la escápula en su cara anterior, hasta las costillas primera y segunda (dirección ascendente), el medio va a las costillas tercera, cuarta y quinta (dirección horizontal), y el inferior al resto (dirección descendente). Cuando se toma como punto fijo la parrilla costal, la acción de este músculo es descender y adelantar la escápula, además de “pegar” el borde interno de ésta a la parrilla costal. Partiendo de la contracción de las fibras inferiores del trapecio, que hacen descender a los omóplatos y los aproximan a la línea media (además de girarlos de forma que los vértices inferiores se aproximan), el serrato mayor, mediante sus fibras medias e inferiores, actuará traccionando de la línea media de las costillas inferiores y medias, con lo cual dispondrá a éstas en una posición que favorecerá la verticalidad del aumento de presión intratroncal secundario a la inspiración: Las costillas inferiores se elevarán, aumentando el diámetro horizontal de la parrilla costal, mientras que las medias no sufrirán elevación ni descenso. Así pues, debemos considerar que la contracción de las fibras inferiores y medias del trapecio y de las fibras inferiores y medias del serrato mayor actúan conjuntamente, y que la resultante de esta contracción es un descenso de la escápula y un pequeño giro del vértice inferior hacia la línea media. La sensación asociada a estas contracciones es la del descenso de la escápula, que queda fuertemente fijada en posición inferior, y también la de disminución del diámetro anteroposterior de la parrilla costal a nivel medio.

Una vez llegados a este punto, es necesario entender una cuestión. Las ordenaciones tanto ósea como muscular del resto de la anatomía, van a repetirse en la parte alta del tronco. De este modo, las escápulas funcionarán como las crestas iliacas, las vértebras dorsales altas como el sacro, la columna cervical como si fuera la lumbar, y el cráneo como la parrilla costal. Así, dividiremos al tronco en dos partes, una unidad operativa superior, y una unidad operativa inferior.

La novena contracción será la de las fibras superiores del serrato mayor (primera contracción de la unidad operativa superior). Estas fibras se dirigen desde las escápulas hasta la primera costilla, y al contraerse (merced a la fijación inferior de la escápula por obra de las fibras medias e inferiores de trapecio y serrato mayor) la hacen descender. Este descenso de las costillas superiores es similar al descenso de las crestas iliacas en la unidad operativa inferior, y también generará (combinado con la acción de los romboides y los serratos menores posteriores superiores, que luego veremos) un espacio o un vacío, que hará descender a las estructuras del cuello, de la misma forma que la acción combinada de iliaco y cuadrado lumbar hace descender a las vísceras abdominales. De este modo, el serrato mayor fibras superiores ayudará también a que el aumento de presión dentro del tronco, ocasionado por la inspiración, no provoque “fugas” horizontales no anteroposteriores en la parrilla costal, sino que la presión siga una trayectoria ascendente, consiguiendo que la entrada de aire a los pulmones favorezca la posición erguida en enderezamiento verdadero, incluso en la zona cervical.

El descenso de las costillas superiores se acompaña por el descenso de las clavículas, realizado por los músculos subclavios.

La décima contracción es la de los romboides. Los romboides van desde el borde interno del omóplato hasta las vértebras dorsales altas (primera dorsal) y las cervicales bajas (séptima cervical) el romboides mayor; y hasta las dorsales altas y medias (desde la segunda dorsal hasta la quinta) el romboides mayor. Su acción es la de acercar las escápulas a la línea media, pero como las escápulas están fijadas por la contracción simultánea del trapecio fibras inferiores y del serrato mayor, su acción será la de realizar el enderezamiento verdadero de la columna dorsal alta. Puesto que los romboides están situados en la parte alta de la cifosis dorsal, sus fibras musculares (que son oblicuas) tendrán un recorrido hacia delante, al situarse cada vértebra un poco más adelante que la inmediatamente inferior. Si las fibras fueran horizontales en vez de oblicuas esto no ocurriría. De este modo, la acción de las fibras del romboides nos dará como resultante tres vectores que tirarán de cada vértebra hacia abajo, hacia afuera y hacia detrás. Los vectores que se alejan de la línea media se anulan entre ellos, y sólo quedarán un vector de dirección inferior y otro de dirección posterior. La sensación asociada a esta contracción será la de descenso de las vértebras dorsales altas.

La undécima contracción necesaria es la del músculo serrato menor posterior superior. Actuará de manera similar a como actúan los romboides, pero en una zona de la curva dorsal más alta, preparando a la zona cervical para que se realice el enderezamiento verdadero. Este músculo va desde las apófisis espinosas de las vértebras dorsales altas (desde d3 hasta d1) y de la vértebra cervical inferior (c7), hasta las costillas primera a cuarta. Su función es considerada clásicamente inspiradora, pero, analizando la orientación de sus fibras podemos observar que, tomando como punto fijo la parrilla costal superior, este músculo actúa como enderezador de la cifosis dorsal superior. Para que se comprenda bien su función diremos que el serrato menor posterior y superior actúa de forma similar a como actúa el piramidal en la unidad operativa inferior. Su disposición, vista en un plano transversal, permite que las fibras tiren de las vértebras dorsales altas en dirección anteroposterior, en sentido posterior. En un plano frontal se observaría el efecto descendente que sobre las vértebras dorsales altas tiene este músculo. El movimiento de las vértebras dorsales, hacia abajo y hacia detrás, es, además, secuencial, de modo que de abajo hasta arriba se van traccionando las vértebras una por una, retrocediendo cada una de ellas sobre la inmediatamente suprayecente. El retroceso se realiza sin que exista una extensión de las vértebras, sino un verdadero enderezamiento, que deja la orientación de las carillas articulares en perfecta disposición para la estabilidad de la columna, evitando trastornos degenerativos secundarios al roce de las estructuras articulares. Nótese que si este músculo no fuera serrado, sino recto (si las fibras musculares no se dirigieran desde una vértebra hasta la costilla del nivel inferior, sino desde una vértebra hasta la costilla del mismo nivel) su función sería la de adelantar las vértebras, moviéndolas hacia delante, puesto que dicha vértebra sería el punto más posterior del arco formado por las dos costillas y la vértebra que las une. Sin embargo, la disposición serrada hace que la vértebra de la que parten las fibras musculares se encuentre un nivel por encima de las costillas, y por tanto por delante de éstas, con lo que se posibilita que (siendo las costillas el punto fijo) la tracción de las fibras musculares de ambos lados al unísono produzca un retroceso de la vértebra dorsal.

Así pues, este músculo produce un enderezamiento verdadero de la columna dorsal alta, preparando el segmento cervical para que sea, a su vez, enderezado por otros músculos. La sensación asociada a la acción de este músculo es la de descenso de las vértebras dorsales altas, homónima a la sensación de descenso del sacro en la unidad operativa inferior.

La duodécima contracción es la del músculo trapecio fibras superiores, al que acompaña el músculo angular del omóplato. Tanto el angular del omóplato como estas fibras del trapecio actuarán sobre la lordosis cervical de la misma forma como actúa el cuadrado lumbar sobre la lordosis lumbar. Produce, por lo tanto, un enderezamiento de las vértebras por tracción posterior secuencial de éstas, y como también ocurre en la unidad operativa inferior, al llegar las fibras superiores del trapecio hasta más arriba del punto medio de la curva cervical, provocarán una extensión de la misma. Para eliminar el efecto de extensión sobre la columna cervical superior, es necesaria la contracción de los músculos infrahioideos.

Los músculos infrahioideos realizarán en la unidad operativa superior un papel similar al que llevan a cabo los oblicuos internos en la unidad operativa inferior. Estos músculos infrahioideos son: 1. músculo omohioideo 2. músculo esternocleidohioideo. Existen otros músculos infrahioideos (músculos esternotirohioideo y músculo tirohioideo) que jugarían en la unidad operativa superior un papel similar al del músculo recto mayor del abdomen en la unidad operativa inferior, que no nos interesa para el análisis que estamos realizando, por no intervenir en el verdadero enderezamiento del tronco. El músculo omohioideo va desde la escápula (por dentro de la escotadura coracoidea) hasta el hueso hioides. Su función es la de provocar el descenso y acercamiento a la columna cervical del hioides. El músculo esternocleidohioideo va desde el borde interno de la clavícula, hasta el borde inferior del hueso hioides. Su función es también la de hacer descender y retroceder al hioides. Este descenso con retroceso del hioides hace que se tensen las fascias cervicales (línea blanca infrahioidea), del mismo modo como ocurre con los oblicuos internos, que tensando la línea alba constituyen un punto fijo para que los oblicuos externos tiren de la parrilla costal.

Los músculos suprahioideos realizarán en la unidad operativa superior la misma función que realiza el oblicuo externo en la unidad operativa inferior, es decir, traccionarán hacia abajo de la parte anterior de la estructura siguiente a la lordosis. En la unidad operativa inferior esta estructura es la parrilla costal, mientras que en la unidad operativa superior encontraremos al cráneo. Por tanto, la función de los músculo suprahioideos es realizar una flexión del cráneo sin flexión asociada de la lordosis cervical, es decir, una flexión pura del cráneo. Esta flexión tan especial es necesaria porque corrige la excesiva extensión secundaria a la contracción de las fibras superiores del trapecio (extensión debida a que las fibras superiores del trapecio se insertan por encima del punto medio de la lordosis cervical, convirtiendo el retroceso de las vértebras en una extensión, en vez de en un enderezamiento real) Esto es lo mismo que ocurre en la columna lumbar alta con la contracción del cuadrado lumbar. Los músculos suprahioideos son: 1. músculo estilohioideo. 2. músculo digástrico. El músculo estilohioideo va desde la apófisis estiloides del cráneo hasta el hueso hioides, y su contracción se considera clásicamente elevadora del hioides (y por tanto de la laringe) Sin embargo, con la fijación que proporcionan los músculos infrahioideos, más el enderezamiento que realizan las fibras altas del trapecio y el angular del omóplato, su función será la de realizar la flexión del cráneo independiente de la del cuello. El músculo digástrico tiene dos vientres, uno anterior y otro posterior. El único que nos interesa a nosotros es el posterior. Este vientre posterior del músculo digástrico va desde la cara interna de la apófisis mastoides del hueso temporal, hasta el hueso hioides. Cuando el hioides está fijado en posición inferior, lo que ocurre gracias a la contracción de los músculos infrahiodeos, su contracción ocasiona una flexión del cráneo sin flexión asociada de la columna cervical. El vientre anterior del músculo digástrico interviene en el descenso del maxilar inferior y en su acercamiento al hioides, esto es el retroceso del maxilar inferior, junto con los músculos milohioideo y genihioideo. En una posición de enderezamiento verdadero, pues, la cabeza gira hacia abajo, de tal modo que la punta inferior de la mandíbula tiende a descender y a retroceder, disminuyendo la longitud de la superficie inferior de la misma.

La decimoquinta contracción es la de los músculos extensores de la cabeza, que juegan un papel similar a los serratos menores posteriores e inferiores en la unidad operativa inferior, es decir, hacer retroceder a las estructuras que contienen a las vísceras (el cráneo en la unidad operativa superior y la parrilla costal en la inferior) anclándose en la columna vertebral. Los músculos extensores de la cabeza son: 1. rectos posteriores mayor y menor: A pesar de llamarse rectos, estos músculos tienen dirección oblicua, pues sus fibras van desde el tubérculo posterior del atlas hasta la escama occipital - desde su parte media, abriéndose en abanico hacia el lateral - (menor) y desde la apófisis espinosa del axis, hasta la escama occipital, por fuera de la inserción del músculo anterior (mayor) 2. músculo esplenio de la cabeza: Las fibras del esplenio de la cabeza van desde las apófisis espinosas de c7 y de las primeras siete dorsales, hasta la línea curva occipital superior y la apófisis mastoides. Como hemos dicho, con la columna cervical enderezada por la acción del trapecio fibras superiores y de el angular del omóplato, y el cráneo fijado en flexión por la contracción del músculo estilohioideo, estos músculos extensores de la cabeza promoverán un retroceso de los cóndilos occipitales sobre las carillas articulares del atlas, con lo que el cráneo entero retrocederá ligeramente. Nuevamente insistimos en la similitud que existe entre la unidad operativa superior y la inferior. En ésta última, el retroceso de la parrilla costal permitía una buena estática, corrigiendo la flexión de los oblicuos abdominales. En la superior, van a ser los músculos extensores del cráneo los que ejecuten este retroceso (esta vez del cráneo), que es fundamental para que no exista desequilibrio en la distribución de la masa por delante y por detrás de la línea de la plomada.

 ESTA FORMA SE CORRESPONDE CON EL NIVEL MENOS SUTIL. ¿QUÉ EJERCICIOS HABRÁ QUE HACER EN EL SIGUIENTE NIVEL?

En el siguiente nivel es necesario tomar conciencia de la acción de los músculos transversales y de los músculos cruzados y romboidales. Un ejemplo claro de músculo transversal es el grupo muscular que constituye el periné. Las fibras se dirigen de delante hacia detrás, desde el pubis hasta el cóccix. Un ejemplo claro de músculos cruzados son los oblicuos del abdomen.
En el caso del periné, su acción es bastante clara. La dirección de las fibras musculares permite que se dé un movimiento de acercamiento del cóccix al pubis, es decir que las estructuras pelvianas se cierren por abajo y se abran por arriba. Esta acción viene a ser una especie de resumen, o de síntesis, respecto a las acciones musculares que vimos en el apartado anterior. Si bien los músculos ilíacos, los piramidales y los obturadores realizan esta acción, es obvio que la musculatura que está perfectamente preparada para conseguirlo, destinada, se podría decir, específicamente a este fin, es la que constituye el suelo del periné. El resto de estructuras musculares transversales serían: el diafragma, las fascias cervicales a la altura de la base del cuello, y el diafragma de la silla turca, que forma un suelo para la misma. Usted habrá apreciado que algunos de estos diafragmas no son estructuras musculares, sino fasciculares. Nosotros pensamos que deben existir músculos en estas estructuras de tejido conectivo, al menos algunos pequeños grupos de fibras musculares, puesto que el empuje de la presión interna puede manipularse a través de la activación de ellas.
En cuanto a las estructuras de los músculos cruzados o romboidales serían, además de los oblicuos del abdomen, las siguientes: rombo formado por los obturadores y los piramidales (posición latero-posterior), musculatura cruzada formada por los oblicuos abdominales (posición anterior), rombo formado por las fibras inferiores y superiores del trapecio (posición latero-posterior), musculatura cruzada formada por los músculos supra e infrahioideos (posición anterior), medio rombo formado por la musculatura extensora del cuello (posición latero-posterior). Este tipo de músculos tiene la misión de dirigir el empuje de la presión interna hacia arriba, evitando que se pierda en “fugas” anteroposteriores. Le pondré un ejemplo de lo que quiero decir, utilizando a los oblicuos abdominales. Cuando usted inspira de forma normal, a nivel de la pared abdominal anterior se produce una protusión, debida al empuje del contenido del abdomen secundario al descenso del diafragma. Si usted inspira y a la vez contrae los músculos oblicuos abdominales, este empuje se dirige de forma automática hacia la parte posterior del tronco, hacia la zona lumbar, e instalándose en esta región sube, debido al progresivo aumento de presión, hacia arriba. Es como si usted inflara un globo al que impide hincharse por delante. La única posibilidad que queda es que el aire vaya hacia detrás, y allí vaya provocando un inflado vertical.
Como puede ver, hemos distinguido entre estructuras cruzadas y estructuras romboidales. Las estructuras cruzadas funcionan como hemos visto. Las romboidales funcionan abriendo el camino al empuje del contenido del tronco hacia arriba y hacia los laterales. Esto es lo que ocurre a nivel de la pelvis, el tórax y el cráneo, mientras que en las zonas lumbar y cervical el empuje de la presión interna se dirige hacia arriba y hacia detrás. Esta circunstancia es extremadamente interesante. Al principio creíamos que la presión en las “cestas” (pelvis, tórax y cráneo), asociadas a las cifosis, debía ser posterior, pero esto no ocurre así. Cuando la presión en las “cestas” se dirige hacia detrás, el individuo tiene una postura que no es equilibrada. Un ejemplo de esto lo podemos ver en el caso de las hipercifosis dorsales. Éstas ocurren a causa de un exceso de empuje de la presión interna hacia detrás a nivel de las cifosis. Una correcta utilización de la musculatura del tronco envía el empuje de la presión interna hacia arriba y hacia los laterales.

Como se puede apreciar, la importancia de este segundo nivel es tomar conciencia del papel impulsor de las musculaturas transversales y cruzadas o romboidales. Estas estructuras realizan esta función, y, además, ejercen de propulsión para los movimientos de las estructuras corporales que se ejercitan en el primer nivel, menos sutil. De alguna manera, sólo manejando esta musculatura ocurre la propulsión del empuje de forma correcta, y además la movilización de las estructuras corporales de forma correcta, pero no se puede acceder a este segundo nivel de sutileza sin antes acceder al primero, o al menos, es mejor hacerlo de esta forma.

Estas estructuras musculares se han denominado desde milenios en la cultura yogui Bandas. El yoga da especial importancia a los bandas pélvico (mulabanda) y a los oblicuos abdominales (udianabanda), y existe un tercer banda situado en la base del cuello, cuya relación con la musculatura no está muy clara.
Por otro lado, en la osteopatía se defiende hace años la existencia de estos cuatro diafragmas, cuya existencia anatómica no está muy clara. Piense, a su vez, que la osteopatía caraneosacral podría entenderse a través de la teoría que estamos exponiendo, pues esta teoría relaciona a través de algún elemento la movilidad del cráneo con la del sacro, que es lo mismo que hacemos nosotros, mediante el concepto de empuje de la presión interna.


¿Y EL TERCER NIVEL DE SUTILEZA?

El tercer nivel de sutileza es ser capaz de percibir el movimiento interno del empuje del contenido del tronco, pero sin asociarlo a la contracción de los músculos transversales, ni oblicuos, ni romboidales, ni tampoco a los movimientos de giro de las estructuras óseas. En este nivel de sutileza, simplemente uno coge aire, esto supone un aumento de la presión interna, y esta presión interna se dirige hacia zonas concretas del tronco, propiciando una postura adecuada. De algún modo, es la culminación del entrenamiento mediante los otros dos niveles de sutileza.


¿NO EXISTE ATENCIÓN A LA CONTRACCIÓN DE LA MUSCULATURA?

No. Tan sólo existe atención al movimiento interno. En este nivel de sutileza es el manejo del empuje de la presión interna lo que da lugar a las contracciones sobre las que se centra la atención en el segundo nivel de sutileza, que a su vez son la causa de los movimientos de las estructuras óseas sobre las que se pone la atención en el primer nivel de sutileza.


ENTONCES, ¿LO QUE CAMBIA EN CADA NIVEL DE SUTILEZA ES EL FOCO SOBRE EL QUE SE CONCENTRA LA ATENCIÓN?

Podría decirse que sí. En realidad, no se hace algo distinto en el primer nivel que en el segundo o en el tercero. Cuando realizo los movimientos de las estructuras óseas en el primer nivel de sutileza, estoy dirigiendo la presión interna, igual que ocurre en el tercer nivel. Lo interesante de los tres niveles de sutileza, es precisamente eso, su sutileza. Cuanto más se avanza en este terreno de lo sutil, más fina es la percepción, y más acontecimientos que ocurren en su cuerpo pueden percibirse. Es necesario ir de lo grosero a lo sutil, pues es la única forma de acceder a hechos que ocurren en nuestro cuerpo. Si un individuo que practica movimiento interno no va de nivel en nivel, nunca podrá alcanzar la excelencia en la percepción que se necesita para percibir cómo el empuje de la presión interna del tronco puede moverse, puede provocar un “llenado” paulatino del tronco que acontece al mismo tiempo que la inspiración, y que es posible manejar para que complete su imagen personal.


AHORA QUE LO DICE, SEGÚN USTED, DURANTE LA INSPIRACIÓN HAY UN AUMENTO DE LA PRESIÓN INTERNA QUE PRODUCE UN LLENADO, QUE ES EL QUE SOSTIENE EL TRONCO ¿ES ASÍ?

Se podría decir que sí.


¿Y DURANTE LA ESPIRACIÓN?

Durante la espiración el tronco es sostenido por las contracciones musculares.


PERO, EN ESE CASO, EN LA PRÁCTICA DEL MÉTODO LA MUSCULATURA SIEMPRE ESTÁ CONTRAÍDA. DURANTE LA INSPIRACIÓN PARA ABRIR LOS HUECOS PARA DIRIGIR EL EMPUJE DE LA PRESIÓN INTERNA, Y DURANTE LA ESPIRACIÓN PARA SOSTENER EL TRONCO.

Es correcto.


PERO ENTONCES LOS MÚSCULOS ESTARÁN SIEMPRE CONTRAIDOS, Y SE FATIGARÁN, LO CUAL CONDUCIRÁ A LA LARGA A PROBLEMAS MUSCULARES CRÓNICOS.

No. La musculatura del tronco que se contrae lo hace siempre a favor de la gravedad, es decir, sin que haya resistencia. ¿Se cansa un ciclista de pedalear cuesta abajo? No.


¿Y POR QUÉ ENTONCES ES TAN COSTOSO REALIZAR LOS EJERCICIOS DEL MÉTODO?

Buena pregunta. Porque estamos limitados por tejidos conectivos que envuelven el cuerpo en forma de fascias. Son estas fascias las que suponen una resistencia, al oponerse al correcto movimiento interno, no la gravedad, y lo son porque existe una imagen incompleta, a la que se han adaptado, acortándose. A medida que se estiran, cada vez cuesta menos acceder a una nueva imagen completa.


¿Y POR QUÉ ENTONCES UNA PERSONA CON UNA POSTURA NORMAL, A LA USTED LLAMA IMAGEN, SE CANSA DE ESTAR ERGUIDO?

Precisamente porque no lo está. Al no estar erguido, arrastrado por su imagen, la musculatura del tronco deja de actuar a favor de la gravedad. En lugar de eso, actúa de una forma patológica, contra la gravedad, peor a favor del acortamiento de las fascias. Esto es terrible. Contra las fascias se puede luchar. Se estiran. Contra la gravedad no.
Le pondré un ejemplo. La musculatura lumbar suele actuar sosteniendo la caída del tronco hacia delante, arrastrado por el empuje de la presión a nivel de al pared anterior del abdomen. No tiene descanso, con lo que se fatiga, y posteriormente se degenera. Pero si la postura fuera correcta, esta misma musculatura actuaría enderezando la lordosis lumbar tirando de las vértebras hacia abajo, una por una desde L5 hasta L3. El músculo no debería fatigarse, puesto que actúa a favor de la gravedad, pues tira hacia abajo. En la realidad sí que habrá fatiga, pero esta se deberá a la resistencia que a este movimiento opondrán las fascias acostumbradas a la imagen que propicia el empuje de la presión interna sobre la pared anterior del abdomen.


ENTONCES, ¿SÓLO A TRAVÉS DEL ENTRENAMIENTO MEDIANTE EL MÉTODO SE PUEDE CONSEGUIR UNA POSTURA CORRECTA?

Con este método o con cualquier otra forma que persiga el mismo fin, usted sólo podrá acceder a una postura equilibrada si ha pasado antes por un período de entrenamiento en el que ha desarrollado la conciencia de su imagen y las habilidades para contrarrestarla. Y ahora, observe esto, y entienda que las teorías de Carl Gustav Jung encajan como un guante en nuestra concepción del cuerpo humano. Sólo el que es consciente de su imagen puede acceder a una postura equilibrada. Sólo el que es consciente de su ego puede acceder a completarse. ¿Comprende?


HAY ALGO QUE NO ACABO DE ENTENDER. ¿CÓMO ES POSIBLE QUE LA MUSCULATURA DEL TRONCO SEA CAPAZ DE DEFORMAR EL MISMO PARA DIRIGIR EL EMPUJE DEL CONTENIDO?

A través de la contracción de los músculos es tronco se deforma. A través de este cambio de forma la presión se dirige puesto que se cierran algunas zonas y se abren otras.


SÍ, PERO, CUANDO EL TRONCO SE DOBLA, O SE EXTIENDE, O SE HACE CUALQUIER MOVIMIENTO LATERAL O DE CAULQUIER TIPO... ¿OCURRE ESTO?

Ya entiendo la pregunta. La respuesta es no. No ocurre lo mismo. Si el tronco se flexiona, por ejemplo al doblar las rodillas hasta que los muslos toquen el pecho, por supuesto que la presión interna se mueve hacia detrás. Sin embargo, esta zona trasera, llamémosla así, puede estar igualmente en esta posición abierta o cerrada. Si esta abierta, la presión irá hacia allí. Si está cerrada, la presión tomará otro camino.


PERO AL CERRARSE, IMAGINO QUE EL CUERPO PASARÁ DE ESTAR FLEXIONADO A OTRA POSTURA

No. No tiene por qué. La musculatura del tronco se puede utilizar para dirigir la presión interna sin que esto afecte a la posición. De hecho, esta es la base de los estiramientos que se realizan en el método. En el método, primero se aprende a controlar el manejo de la presión interna. Pero después, se coloca el cuerpo en una posición concreta, y se maneja la presión interna. Esta posición concreta, la posición de estiramiento, hace que las fascias que determinan la imagen personal del individuo estén, previamente al acto de manejo de la presión interna, ya en tensión. Cuando la musculatura del tronco se maneja para dirigir de la forma correcta la presión interna, estas fascias colocadas ya de forma previa en tensión por la postura de estiramiento, se estiran aún más. Es aquí cuando ocurre el estiramiento real que resulta de interés para nosotros. Note ahora una cosa. Durante la inspiración, el manejo correcto de la presión interna, su avance hacia arriba, hacia el cénit del cráneo, hace que la postura de estiramiento tienda a deshacerse. Entonces hay que insistir para no retroceder en esta postura. Al espirar, el estiramiento de las fascias ya se ha producido. Es entonces cuando se avanza en la postura de estiramiento. No antes. Ni al inspirar ni al espirar se pierde la contracción de la musculatura del tronco que guía el correcto empuje de la presión interna. Esta musculatura permanece contraída, sin descanso. Si usted está de pie, para que la postura sea perfectamente equilibrada es necesario que esta musculatura esté contraída. Este patrón de contracción dependerá de su imagen previa. Cuando usted encuentre este patrón de contracción, la musculatura deberá permanecer contraída siempre. Si sus fascias son elásticas, si se han adaptado a la postura equilibrada, esto no le costará esfuerzo, no le ocasionará sufrimiento. No será el caso. Sus fascias estarán adaptadas a una imagen concreta. Su imagen. La postura equilibrada sólo puede mantenerse un tiempo determinado. A medida que usted practique, cada vez este tiempo será mayor, y cada vez la comodidad en la postura equilibrada será también mayor.


¿CÓMO SE ORGANIZA LA MUSCULATURA PARA EJERCER ESTA MISIÓN DE REALIZAR LA CORRECTA MANIPULACIÓN DE LA PRESIÓN INTERNA?

Este es un punto que aún tiene lugares oscuros. Sin embargo, hemos avanzado mucho. Ahora sabemos que la musculatura superficial del tronco se organiza formando una doble espiral. Más tarde tal vez podamos hablar sobre la espiral. Usted entenderá entonces que la espiral es el patrón que guía toda la formación del cuerpo humano, o, al menos, de su sistema locomotor. Pero volvamos a la cuestión. La musculatura se enrolla alrededor del tronco como una espiral doble. Esto supone una especie de cuadrícula en la que aparecen figuras romboidales, por delante, por los lados y por detrás. La contracción de ambas espirales da lugar a un movimiento interno que asciende de la siguiente manera: 1º, se llena (recuerde que el aumento de presión va llenando el tronco, como si de un globo se tratara) la zona sacra. 2º, se llenan las palas iliacas, con lo que la presión asciende por los laterales del tronco. Esto es muy importante, puesto que del equilibrio derecha-izquierda de este llenado depende la correcta estática sobre los miembros inferiores. 3º, se llena la zona lumbar, de tal modo que la presión asciende por detrás. 4º, se llena la zona posterior de la región torácica. 5º, se llenan las zonas laterales de la región torácica, afectando este llenado a las escápulas y a la raíz del cuello. 6º, se llena la zona cervical, de un modo análogo a como se ha llenado la zona lumbar. 7º, se llenan los laterales del cráneo.
Hasta ahora, lo que sabemos es lo siguiente: 1, en las lordosis la musculatura se organiza por delante en forma de cruz, de tal modo que la contracción de la musculatura envía el empuje del contenido interno hacia detrás. 2, en las cifosis, no se puede apreciar un patrón concreto. Sin embargo, si unimos la mitad superior de una cifosis y la mitad inferior de la lordosis correspondiente, sí existe un patrón. Encontramos una cruz, que, en este caso, abre el espacio posterior para que la presión interna vaya hacia detrás. A nivel de la lordosis, se produce así un enderezamiento de la curva, lo mismo que a nivel de la lordosis. 3, Por encima de este tipo de estructuras se hallan músculos que forman la parte inferior de un rombo, que tienen como efecto abrir el espacio postero-lateral, llevando la presión interna hacia detrás y hacia los lados del tronco.
El resumen de estas observaciones, el resultado del proceso inductivo, es que existe una unidad estructural formada por la mitad superior de una cifosis, una lordosis completa y la mitad inferior de la cifosis siguiente. Por delante de esta estructura, la musculatura se organiza como una cruz. Por detrás, como una cruz doble. La cruz anterior lleva la presión interna hacia detrás. Las dos cruces posteriores llevan la presión interna hacia detrás y hacia los lados, a nivel de las medias cifosis.
Esta unidad estructural se repite en el tronco dos veces: la inferior está formada por el sacro, la lordosis lumbar y la mitad inferior de la cifosis dorsal. La superior está formada por la mitad superior de la cifosis dorsal, la lordosis cervical y la base del cráneo. A nivel de las extremidades inferiores, aún existiría una unidad estructural de este tipo, aunque modificada para realizar la misión de la deambulación. Estaría formada por una media cifosis inferior (calcáneo), una lordosis completa (tibia y fémur) y media cifosis superior (cóccix). Aún más, en el pie se repite esta estructura, donde el puente es la lordosis completa, y el talón y las cabezas de los metatarsianos representan las cifosis inferior y superior respectivamente.


¿LA PRESIÓN INTERNA NUNCA SE DIRIGE HACIA DELANTE?

Nunca.


PERO SIN EMBARGO, LA POSTURA MÁS COMÚN ES AQUELLA EN LA QUE EL AUMENTO DE LA PRESIÓN INTERNA SECUNDARIO A LA INSPIRACIÓN SE DESVÍA HACIA EL ABDOMEN O HACIA EL PECHO. ¿TAN MALA ES NUESTRA POSTURA?

La postura nunca es mala, es la mejor que un individuo puede lograr. La postura de un individuo es el mejor resultado de un proceso de adaptación de este individuo al entorno. En todo caso, es desequilibrada. Y sí, la postura de las personas suele ser desequilibrada, y suele estar desequilibrada hacia delante. Esta sería la causa de la gran frecuencia de problemas en las lordosis, tanto cervical como lumbar.


SEGÚN USTED, ¿QUÉ IMPORTANCIA TENDRÍAN LAS DISMETRÍAS EN LA POSTURA DE UN INDIVIDUO?

Según mis estudios, una dismetría sería una consecuencia del desplazamiento lateral de la presión interna. No al revés. Si usted tiene una dismetría, es porque el contenido de su tronco ha estado desplazado hacia la derecha o hacia la izquierda. ¿Comprende? El contenido del tronco desplazado hacia la derecha, por ejemplo, desde que usted tenía tres o cuatro años, ha degenerado en una deformación del miembro inferior derecho, que se ha acortado o alargado para adaptarse a este empuje desequilibrado del contenido del tronco.


PERO ESTO ES AL REVÉS. UN MIEMBRO MÁS CORTO, POR EJEMPLO, DA LUGAR A UNA ADAPTACIÓN DEL TRONCO PARA ENCONTRAR EL EQUILIBRIO

No lo entendemos igual. Si fuera así, una plantilla lo arreglaría todo. Le contaré lo que me sucedió a mi. Hace algunos años, aprovechando que mi mujer y mi hija se encontraban de viaje, me dediqué a hacer experimentos con unas plantillas rudimentarias que yo mismo me fabriqué. Se trataba de una cuña que coloqué bajo mi talón derecho, pues este miembro inferior es más corto que el izquierdo, con el resultado de que el pie derecho tiene una fuerte tendencia al valgo. Pensaba yo, en aquel entonces, que la cuña corregiría esta tendencia valguizante y mejoraría toda mi postura. ¿Sabe lo que ocurrió? Todo lo contrario. Mi postura destrozó la cuña, y destrozó el zapato. Durante mucho tiempo este acontecimiento me tuvo desconcertado, hasta que caí en la cuenta de que sólo el trabajo con el tronco podía cambiar la tendencia valguizante de mi miembro inferior derecho.
Es al revés. Es el incorrecto manejo de la presión interna lo que produce un menor desarrollo de un miembro inferior que de otro.


PERO, SI LA PRESIÓN INTERNA SE MANEJA DE FORMA EQUILIBRADA, PERO UN MIEMBRO ES MÁS CORTO, ¿LA POSTURA SERÁ DESEQUILIBRADA?

Sí. En este caso, lo primero es el trabajo del movimiento interno. Lo segundo, usar una plantilla para suplir la diferencia anatómica.


EN TODO CASO, ESTÁ CLARO QUE LA PRESIÓN INTERNA SE MUEVE TAMBIÉN EN UN PLANO FRONTAL ADEMÁS DE EN EL SAGITAL

Sí. La presión interna puede ser dirigida en los dos planos principales: sagital (delante-detrás) y frontal (derecha- izquierda), además de hacia arriba o hacia abajo.


¿NO SE PUEDE ACCEDER A ESTOS EFECTOS EN OTROS NIVELES DE SUTILEZA?

No sabría decirle. Sí y no. Sí, cuando usted tenga el suficiente control y experiencia y las fascias más elásticas. No desde el principio, y desde luego, no con una profundidad semejante a la que se obtiene en el tercer nivel de sutileza. El tercer nivel de sutileza actúa como un maestro, como un guía que le va mostrando el camino contrario a su imagen. Dudo mucho que esto pueda hacerlo nadie más que usted mismo. No habrá instructor que pueda guiarle.
Nadie puede predecir qué nivel de observación seremos capaces de desarrollar en cuanto a la relación de la forma del cuerpo y la imagen consecuencia de la presión interna, ni que métodos encontraremos para trabajar en este sentido. Tal vez en un futuro seamos capaces de observar a un individuo y deducir cuál es su imagen y de orientarlo en la búsqueda de su movimiento interno personal, pero, por ahora, esto no es posible. Sólo usted puede acceder a este conocimiento de su cuerpo, mediante el método simple, pero eficaz, de ensayo y error. Las sensaciones que antes hemos enumerado funcionarán como una eficaz guía. Escuche a su cuerpo. Esta es la única forma. Escuche, y su cuerpo le devolverá toda la información que usted necesita en busca del equilibrio.